Conocido como el último cronista oficial de la Ciudad de México. Autodidacta, desde muy joven mostró un interés vehemente por la historia y el arte mexicano, en específico por el periodo virreinal y el siglo diecinueve.
A los siete años, recibió del entonces presidente Adolfo López Mateos una medalla en reconocimiento a su dedicación al estudio de la historia y del arte mexicanos. A los once años, fue invitado por el historiador Jorge Gurría Lacroix a colaborar en el Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH; a los trece años ya desempeñaba funciones como consejero artístico del presidente Díaz Ordaz; a los catorce, ya había dado sus primeras conferencias en el Instituto de Investigaciones Estéticas IIE de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM.
A los veintitrés años publicó su primer libro Pintura y escultura del Renacimiento en México (1979). A lo largo de su vida escribió alrededor de treinta libros cuyas temáticas se enfocan en arte mexicano e historia. En 1986 fue nombrado cronista de la Ciudad de México, sin embargo, al año renunció proponiendo la creación del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México CCM, ya que consideraba que esa labor no podía recaer en manos de una sola persona.
Posterior a su deceso, su familia anunció la donación de miles de manuscritos y documentos históricos de su pertenencia a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia BNAH, así como la creación de un premio con su nombre, el cual busca reconocer a mexicanos dedicados a la preservación del patrimonio nacional.
Fuente: Enciclopedia de la literatura en México. Fundación para las letras mexicanas FLM. Enero de 2020. http://www.elem.mx/autor/datos/107347
¿Quién era Guillermo de Tovar y Teresa?
Fuente: Azteca Noticias
Un tesoro escondido en La Roma, la casa-estudio de Guillermo Tovar de Teresa. En: MxCity, Guía Insider.
Itinerario. Casa-Museo Guillermo Tovar de Teresa
Fuente: Canal Once
Su casa
La casa de Guillermo Tovar y de Teresa, puede ser visitada por el público en la Colonia Roma, Ciudad de México. Tanto la propiedad como la colección del cronista de Ciudad de México, fueron adquiridas por la Fundación Carlos Slim.
En esta casona se encuentra una magnífica biblioteca con 20.000 volúmenes de 13.000 títulos. Así también, una colección de más de 1.000 pinturas, esculturas, fotografías inéditas, muebles y tapices.
Fuente: NotimexTV.
La Biblioteca
Algunos de sus libros.
Por Anna Lagos. El País, febrero de 2019
Colección de colecciones en la colonia Roma
La última casa donde el historiador y cronista mexicano Guillermo Tovar de Teresa vivió y concentró su acervo artístico y fondo bibliográfico es la nueva sede del Museo Soumaya.
Un borrador mecanografiado de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, con las correcciones de Emmanuel Carballo; la edición andina de 1925 de Inquisiciones, de Jorge Luis Borges o las primeras ediciones de toda la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, son algunos de los 13.000 títulos y 20.000 volúmenes de la biblioteca personal de Guillermo Tovar de Teresa, bibliófilo, historiador y cronista de la Ciudad de México que falleció en 2013, cuya casa se ha convertido en el tercer Museo Soumaya, junto con el Museo Soumaya de Plaza Loreto y Plaza Carso, de Fundación Carlos Slim.
Incunables americanos como La grandeza Mexicana de Bernardo de Balbuena (de 1604), La historia verdadera de la conquista de Nueva España de Bernal Díaz del Castillo (de 1632) o La historia de la conquista de México de Antonio de Solís (de 1684), junto con las primeras ediciones autografiadas de El laberinto de la Soledad, de Octavio Paz; Los recuerdos del porvenir, de Elena Garro; Balún Canán, de Rosario Castellanos son otros de los títulos de la biblioteca del precoz Tovar de Teresa, el niño viejo, como lo describió el historiador Enrique Krauze, que acompañan a su colección de más de mil piezas de objetos del arte colonial de Nueva España, el Virreinato, de la conformación nacional mexicana decimonónica, del Segundo Imperio y el Porfirismo, entre oleos, grabados, litografías, fotografías, esculturas, muebles antiguos, artes aplicadas y arte popular.
“Yo casi podría aventurarme a confirmar que, después de la colección tan importante que hizo Franz Mayer (Mannheim, Alemania; 1882), la siguiente gran colección que se pudo dar con este nivel de calidad, fue la de Guillermo, porque consiguió lo que no consiguió Mayer: penetrar en las familias que, desde la propia colonia tenían resguardados objetos de gran valor artístico. Entonces Guillermo, que era prácticamente un detective, encontraba quién había heredado qué y se hacía de objetos que habían permanecido no solo decenas, sino más de 100 y hasta 200 años heredándose dentro de una familia y los logró integrar a su colección”, dice en entrevista para EL PAÍS su hermano, Fernando Tovar y de Teresa.
La casa museo ubicada en Valladolid 52, en la colonia Roma, de 660 metros cuadrados de terreno y 990 de construcción, está dividida en tres salas, que Guillermo Tovar, el eslabón más reciente en la gran cadena de coleccionistas mexicanos, quien fuera asesor del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (Ciudad de México, 1919) y del presidente Gustavo Díaz Ordaz (Puebla, 1911), denominó como la “amarilla”, “roja” y “azul”, dado el color de su decoración; en el vestíbulo hay espejo monumental de cristal poblano (ca. 1811), de Amozoc o el óleo del Arcángel San Rafael, obra del pintor novohispano Miguel Cabrera (1695-1768), uno de los máximos exponentes de la pintura barroca del virreinato; en la sala, una Virgen de Guadalupe de porcelana Viejo París, regalo de la Emperatriz Carlota a las damas de su corte, un grabado de la Vista de la Plaza de México de Ximeno y Planes (1797), así como un Pegaso de vidrio italiano azul, realizado con la técnica de soplado, emblema original de la Ciudad de México.
Copia mecanografiada de “Cien años de soledad” en la colección de la casa museo de Guillermo Tovar de Teresa. TERESA DE MIGUEL (EL PAÍS).
En el salón amarillo destacan cinco óleos de Hermenegildo Bustos (Guanajuato, 1832), la miniatura en vidrio, efigie de Vicente Guerrero, y el exvoto novohispano, pintado al óleo sobre lienzo, que representa aquel dramático momento político en que los franceses dieron prisión a Fernando VII, de un artista popular queretano en 1819. En el salón rojo, la obra Los cinco señores, del pintor y miniaturista Luis Lagarto (Sevilla, 1556); en el azul, el óleo sobre cobre que representa el Retrato de don Juan de Palafox y Mendoza, de Miguel Cabrera (1764), famoso obispo de Puebla, virrey de Nueva España, y fundador de la fantástica biblioteca, que hasta la fecha lleva su nombre, también el óleo sobre lienzo conocido como La Virgen Inmaculada, de Baltazar de Echave Rioja (ca. 1680) o el óleo sobre cobre de la Coronación de la Virgen con San Gabriel, San Juan Nepomuceno, Santa Teresa, San Francisco, San Ignacio y Santa Gertrudis la Magna, de Francisco Antonio Vallejo (ca. 1770).
Tras la muerte del cronista, ocurrida hace poco más de cinco años, en noviembre de 2013, comenzó la ardua labor de ordenar las colecciones de Tovar de Teresa, liderada por sus hermanos Fernando y Rafael, primero, llamaron a la casa de subastas Christie’s, fundada en 1766 en Londres, encargada de las que quizá sean las mayores subastas de los siglos XVIII, XIX y XX, quienes, en una primera etapa, se encargaron de organizar parte la colección de Guillermo; para las fotografías se apoyaron en Gregory Leroy, un experto en autenticación y evaluación de archivos y colecciones fotográficas. Para los libros se acercaron a Alicia Bardón, de la librería fundada en 1947 por Luis Bardón, el abuelo de sus actuales propietarias, cuya especialidad son las ediciones tempranas, desde incunables (libros editados desde la invención de la imprenta hasta principios del siglo XVI), hasta ejemplares del siglo XVIII.
Años después y con el catálogo listo bajo el brazo, Fernando de Tovar y de Teresa se acerca a Carlos Slim, amigo personal de Guillermo por más de 30 años. Amantes del arte y las colecciones, concibieron juntos el primer Museo Soumaya en Plaza Loreto, «él [Carlos Slim] entendía muy bien que [sus colecciones de arte] tenían que ser exhibidas públicamente, que no podían ser solamente para el disfrute personal”, cuenta Fernando. “[Carlos Slim] recorrió el catálogo a detalle, volvimos a reunirnos, y entonces, con una enorme sensibilidad, el ingeniero dijo: vamos a trabajar para que sea un museo”.
Autodidacta, de memoria prodigiosa y esmerado coleccionista, Guillermo Tovar de Teresa, autor de 39 obras en 44 volúmenes, como La Ciudad de los Palacios: Crónica de un Patrimonio Perdido o Pintura y Escultura del Renacimiento en México o El Pegaso o el mundo barroco novohispano del siglo XVII, dedicó su vida a la preservación del patrimonio nacional. Él mismo escribió: “El coleccionismo es un gesto cultural necesario para la creación y el acopio de objetos que, tarde o temprano, serán disfrutados por la humanidad; es una actitud íntima que refleja la fineza de una naturaleza eminente que sabe reconocer su valor sin tomar en cuenta su precio y capta en cambio su verdadero significado”.
Fuente:
https://elpais.com/cultura/2019/02/02/actualidad/1549063396_141156.html
Guillermo Tovar de Teresa, breve estudio bibliográfico.
Por Rafael Barajas el Fisgón
https://www.jornada.com.mx/2013/12/22/sem-rafael.html
Guillermo Tovar de Teresa, Cronista de la Ciudad de México, La Ciudad de los Palacios: crónica de un patrimonio perdido. Editorial Vuelta, 1990, 191 páginas.
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