“Memoriae hominum. Mapas, libros e historias de la Biblioteca Diocesana de Aosta”
Desde Italia, por Alessandra Basso
Bibliotecaria e investigadora.
Especialista en libros antiguos.
Socia de la Società Bibliografica Toscana

Alessandra Basso, Bibliotecaria e Investigadora experta en libros antiguos, dicta la conferencia titulada:
«Memoriae hominum. Mapas, libros e historias de la Biblioteca Diocesana de Aosta» en Valle d’Aosta, Italia, junio de 2019.
Con motivo del día nacional de los Museos, Archivos y Bibliotecas el 5 de junio de 2019, se llevó a cabo la iniciativa “Memoriae hominum. Mapas, libros e historias de los archivos de la Biblioteca Diocesana de Aosta», con un estudio en profundidad sobre el libro antiguo, en particular el impreso durante el siglo XVI, enriquecido con preciosas ilustraciones.
Partiendo de los libros conservados en la Biblioteca del Seminario en Aosta, guié a los participantes en un recorrido para descubrir el libro impreso en papel hecho a mano (en base a tela de algodón) y embellecido con ilustraciones de xilo o calcografía, a veces acompañados de encuadernaciones preciosas.
La primera etapa de este viaje en el tiempo, comenzó con un libro impreso en 1506 en Estambul, una gramática completamente impresa con caracteres hebreos, pasando por algunos libros ilustrados impresos principalmente en Venecia, hasta llegar a un libro de 1590, la Historia de China -del fraile agustino González de Mendoza (1545-1618), Embajador en China de Felipe II- que fue el primer texto impreso en Europa que contenía una huella impresa de los ideogramas chinos.
Lo más destacado, que se constituyó en el punto cúlmine del recorrido, fue un libro de geografía de Ptolomeo -astrónomo, matemático, geógrafo y físico que vivió en Alejandría, Egipto, entre el 100 y el 178 DC- impreso en Roma en 1508, con la primera representación impresa del Nuevo Mundo, donde el holandés Johann Ruysch (1460-1533) plasmó los recientes descubrimientos y las exploraciones de Colón, Américo Vespucio y Giovanni Caboto, en un hermoso planisferio de doble página, que fue publicado y luego distribuido ampliamente durante el siglo XVI.
Entre otros libros, despertó particular interés entre el público asistente, un herbario (o herbolario) impreso en Venecia en 1536, con innumerables imágenes de hierbas y plantas medicinales, que solía ser consultado tanto por farmacéuticos como médicos, que estaba inspirado en el famoso Hortus sanitatis como modelo.

El punto cúlmine del recorrido, fue un libro de geografía de Ptolomeo, impreso en Roma en 1508, con la primera representación impresa del Nuevo
Mundo, donde el holandés Johann Ruysch (1460-1533) plasmó los recientes descubrimientos y las exploraciones de Colón, Américo Vespucio y Giovanni Caboto, en un hermoso planisferio de doble página, que fue publicado y luego distribuido ampliamente durante el siglo XVI.
Venecia en el siglo XVI fue la capital del libro impreso y Aldo Manuzio, el impresor más importante de todos, provenientes de diversos puntos de Europa y que desembarcó en la Serenissima para sacar a la luz los textos de los máximos exponentes del Renacimiento. Entre otros, Erasmo de Rotterdam también colaboró con Manuzio para la impresión de su Adagia, publicada en 1508 con el sello del delfín envolviendo el ancla.
El testimonio de la transferencia del dominio de estos tesoros, son las notas manuscritas del propietario de estos textos, entre otros, el Obispo Onorato Lascaris (hijo de Tomás Conde de Ventimiglia), quien fue nombrado Obispo de Aosta por el Papa Clemente VIII el 23 de marzo de 1594 y que tomó posesión de su diócesis el 8 de julio de 1594, pero que murió tres días después. Por ello, su bellísimo Misal ilustrado e impreso en Vencia en 1563, prácticamente nunca se usó para celebrar misas solemnes en la catedral. El núcleo de la Bibloteca, que proviene en su parte más antigua de la Biblioteca de la Prelatura de Gran San Bernardo, contiene las notas -entre otras- del rector Roland Viot, bibliófilo y humanista, quien puso su firma en todos sus libros.
Los trabajos aún están en desarrollo y la esperanza es encontrar otros tesoros custodiados dentro de los muros del Seminario, para poder develar al público nuevos secretos ocultos de estos antiguos documentos, en un próximo recorrido por el tiempo.

Poster del evento cultural y bibliófilo en la Biblioteca Diocesana de Aosta, Italia. La Diócesis de Aosta abrió las puertas de su Biblioteca y su archivo, con ocasión de la iniciativa «Aperti al MAB» (Musei, Archivi, Biblioteche), que se efectuó en toda Italia.

Fachada del Seminario de la Diócesis de Aosta, en Italia.
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